jueves, noviembre 22, 2007

Tapioles a Villalpando

ABIERTA AL TRÁFICO
La calzada permanece todavía en obras a falta de la señalización horizontal, la ubicación de las señales de tráfico y las barreras de seguridad

La Opinión de Zamora, 22 noviembre 2007



La Junta de Castilla y León abrió ayer al tráfico la carretera ZA-751 que une las localidades de Villalpando y Villafáfila, por Tapioles. La vía aún permanece en obras a falta de la señalización vertical y el arreglo de los accesos a las fincas.


Según manifestaron fuentes de la Junta, «en las obras se ha procedido al ensanchado de la carretera con tres metros por cada lado en aglomerado, con carriles de tres metros, arcenes de uno y bernas (trozos de tierra junto a a la calzada) de medio metro. Asimismo se ha echado el suelo de cemento y después se ha asfaltado».


El arreglo de la vía de 15,5 kilómetros ha tenido un coste de 3.755.000 euros y en la actualidad «el firme ya está terminado del todo y ultiman las labores de pintura en la señalización horizontal. Está pendiente de la ubicación de las señales de tráfico y de las barreras de seguridad y los puntos kilométricos». Además se ha acondicionado también los accesos al centro de interpretación de aves de Villafáfila y las intersecciones de la calzada.


Por su parte, el alcalde de Tapioles, José García Bodallo, se alegraba por la puesta en funcionamiento de la carretera, si bien mantenía su espíritu reivindicativo y vuelve a exigir al gobierno regional «el arreglo del puente ya que después de las movilizaciones se desmontó y no se ha hecho nada y lo mismo ocurre con la entrada al pueblo».García Bodallo denunció también el estado en que ha quedado ahora la carretera de San Martín de Valderaduey «después del tránsito que ha tenido que soportar por el retraso de las obras».

Dos años de obras
La remodelación de la ZA-715, que comenzaron hace casi dos años, obligaban a los vecinos de Tapioles a usar un camino alternativo que va hasta San Martín de Valderaduey. Ello suponía que el trayecto hasta la localidad de Villalpando, que se hacía en cinco minutos, se prolongara considerablemente al tener que recorrer los casi siete kilómetros hasta San Martín y otros ocho después hasta Villalpando por una carretera comarcal.

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